Los deporte autóctonos son la memoria deportiva. Deportes que nunca deberían pasar de moda y que deberían estar siempre presentes en nuestra vida. El que más recuerdo yo es de la tanga. Por supuesto me enseñó mi abuelo a jugar a ello. Y aunque él ahora no está muy bien de salud, siempre que voy a visitarle a la residencias de ancianos en Barcelona donde se encuentra, aprovechamos su magnífico jardín para recordar tiempos pasados.
En los años 60 y 70, con la existencia de la televisión solo en la casa de los más privilegiados, daba lugar a que los niños y jóvenes pasasen mucho tiempo en la calle. Para jugar se contaba con medios muy escasos, lo que hacía «funcionar» la imaginación y la destreza de cada uno. De esta manera surgió la afición por los juegos autóctonos, sobre todo en la mayoría de los pequeños municipios. Uno de ellos es la tanga.
Con diferentes nombres (Chito, tuta, tángana), es un juego conocido y practicado en toda España. Os voy a contar cómo se juega. Aunque primero vamos con los materiales que se necesita. Un tubo cilíndrico, a ser posible de hierro o algún material resistente con los extremos ( abiertos o cerrados, como el jugador escoja). Dos o más monedas, más grandes que los extremos abiertos del tubo. Y por último, dos discos redondos, grandes de hierro. Colocamos el tubo a una distancia alejada, yo creo que con 10 pasos está bien, para poder tener espacio para lanzar el disco circular. Luego colocamos las monedas encima, en el extremo del tubo, y ya nos ponemos manos a la obra y los lanzamos.
Así se juega
Lo más importante, para evitar consecuencias futuras, las personas que no vayan a lanzar, deben apartarse del jugador que esté lanzando con los discos para que éste no pueda darles si el disco se desvía. Tiene que tirar con la mano abierta y sujetando el disco. Posteriormente se lanza llevando el brazo un poco atrás y después lo lanzas no muy fuerte. La verdad es que en este arte es donde mi abuelo es un maestro. Y aunque los años no perdonan, se puede decir eso de que quien tuvo, retuvo. La puntuación es la siguiente: si le das al tubo con el disco y caes las monedas es 1 punto. Y si las monedas caen más cerca del disco es otro punto. Pero si las monedas caen más cerca del tubo no te llevas otro punto lo cual solo ganarías 1 punto. Gana quien más puntos se lleve.
España puede presumir de contar con un acerbo inmenso. En cada zona se juega a una cosa, por ejemplo en Castilla y León es muy habitual en los colegios. Un tesoro cultural que desde las instituciones y desde otras asociaciones relacionadas con estos deportes no se quiere dejar perder. Por eso, se celebran en distintos municipios jornadas de promoción de estos juegos. Algo que siempre es digno de elogio.
Cuando visitó a mi abuelo en esta residencia geriátrica de Barcelona, una cosilla me recorre el cuerpo. Es alegría, por supuesto, pero también una nostalgia de ver cómo mi abuelo poco a poco se va apagando, pero que gracias a estos deportes autóctonos aún le tengo presente en mi vida.