Lo mires como lo mires, el arte siempre proporciona beneficios. Puedes contemplar una obra de arte durante un tiempo y perder de vista lo que te rodea, incluido lo que te aflige. Puedes crear tu propio arte, a modo de catarsis, sirviéndote de tus dolencias y males para transformarlos en algo bello. De cualquier modo, el arte siempre es positivo. Aunque existen algunas obras artísticas que no hay quien las entienda, todo sea dicho, a la persona que las creó, a buen seguro, le sirvieron de ayuda.
Dentro de lo que se considera arte, existen diversas disciplinas. Cualquiera de ellas, es válida como arteterapia, que es precisamente de lo que vamos a tratar en este artículo. Su nombre no deja mucho lugar a dudas, arteterapia, significa terapia a través del arte. Sin más. Cada uno de sus términos cuenta con una definición propia, como es obvio. De tal manera que el arte consiste en una actividad creativa con una finalidad estética en la que la persona que la realiza, expresa sentimientos y emociones a través del uso de diferentes materiales, técnicas y procedimientos. Por otro lado, la terapia, consiste en el proceso que se realiza con la finalidad de curar, aliviar o mejorar problemas, síntomas o enfermedades y dolencias que nos afligen.
Para realizar cualquier tipo de arte y convertirse en artista o adentrarse en el mundo de la arteterapia, puedes encontrar todo tipo de materiales en Artespray quienes, si bien no son terapeutas, son expertos en materiales para desarrollar cualquier capacidad artística. Con los materiales necesarios y el profesional adecuado, la arteterapia ofrece una vía para resarcirse de los males que nos afligen. Veamos en que consiste esta disciplina o campo terapéutico tan creativo. Desde sus orígenes hasta sus fundamentos, vamos adentrarnos en el arte, de otra manera.
Reciente, multiteórico y multiprofesional
Así es, la arteterapia se considera como un campo profesional relativamente joven y reciente, con un carácter multiteórico y multiprofesional adecuado para muchas situaciones. Sus inicios con fines meramente terapéuticos, se dieron e a finales de la Segunda Guerra Mundial, donde se aplicaba a los soldados que retornaban del frente con problemas psíquicos, lo que era completamente normal.
En la actualidad, la arteterapia, va más allá de esa finalidad terapéutica, puesto que se considera como una técnica de desarrollo personal, autoconocimiento y expresión emocional. Los efectos de la práctica y contemplación de las artes sobre la mente, las emociones y la fisiología de las personas, son conocidas y utilizadas desde mucho antes de la Segunda Guerra Mundial, aunque fue de la mano del psicoanálisis que las vanguardias artísticas, dieron como resultado la aparición y desarrollo de la arteterapia como disciplina terapéutica.
Si atendemos a sus definiciones, podemos citar las propuestas por la American Art Terapy Association (AATA) y la British Association of Art Therapist (BAAT), dado que el desarrollo de la arteterapia tuvo su mayor auge en Estados Unidos e Inglaterra.
La primea de ellas, define la arteterapia como una profesión o disciplina, dentro del área de la salud mental que utiliza el proceso creativo con objeto de mejorar y realzar el bienestar físico, mental y emocional de los individuos, sin importar la edad, el sexo o la condición. El pilar en el que se basa, es la creencia de que el proceso creativo y la expresión artística ayudan a las personas a resolver conflictos y problemas, desarrollar habilidades interpersonales, manejar el comportamiento, reducir el estrés, aumentar la autoestima y la conciencia de uno mismo y lograr la introspección o insight.
Del lado de la escuela inglesa, la BAAT, define la arteterapia como una forma de psicoterapia que se sirve de un medio artístico como forma primaria de comunicación. Para llevar a cabo su práctica, no es necesario poseer experiencia previa o disponer de formación artística, puesto que lo que se pretende, es capacitar al paciente para que efectúe cambios y crezca a nivel personal, utilizando materiales artísticos dentro de un entorno protegido y facilitador.
En consecuencia de estas dos definiciones o formas de entender la arteterapia, podemos observar que ambos conceptos, surgen dentro del ámbito de la psicoterapia, aunque debemos señalar que, en la actualidad, la arteterapia, ha ampliado su ámbito de actuación. Esto ha hecho posible comprobar su eficacia en diversos procesos de intervención socioeducativa, donde se desarrollan capacidades personales como la creatividad, el aumento de la capacidad de percepción, la automotivación o la resiliencia, entre otros. De tal manera que se considera que la arteterapia ofrece una herramienta de satisfacción y mejora personal a varios niveles.
Tal diversidad de ámbitos de actuación, constituye una de las características de la arteterapia que hacen más difícil, definir la disciplina de una forma única. Esto es así debido a que se trata de una formación multidisciplinar por parte de los profesionales que la utilizan; los ámbitos y colectivos de aplicación y la diversidad de medios y formas artísticas aplicables. Estos factores hacen difícil catalogar la arteterapia en un solo aspecto, puesto que abarca demasiados ámbitos y puntos.
Fundamentos en los que se asienta la arteterapia
A la hora de asentar las bases de esta disciplina psicoterapéutica, lo primero que hay que tener presente es que, debido a la dificultad existente para definirla de manera univoca, las características que la definen, permiten conceptualizarla, teniendo en cuenta las diferentes perspectivas y teorías (artística, psicológica, social, educativa…) pueden ser las que siguen.
La primera de ellas, es la de que todos los individuos poseen la capacidad de expresarse de forma creativa. La arteterapia, se apoya en la creencia de que todos tenemos esa capacidad. Tanto la práctica como la contemplación artística, resultan actividades muy gratificantes y placenteras, lo que resulta muy beneficioso ya de por sí. Desde la perspectiva emocional, resulta positivo contemplar arte, pero desde la perspectiva cognitiva y actitudinal, es más conveniente su práctica.
Otro de sus fundamentos, es que no es necesario contar con experiencia o poseer habilidades artísticas previas. Las personas que acuden a un taller de arteterapia no necesitan tener experiencia o habilidades artísticas, puesto que se trata de un proceso de conocer, utilizar y experimentar con materiales artísticos dentro de un ambiente facilitador, es decir, el proceso creativo que implica los beneficios a nivel social y personal.
En la misma línea, emplea el proceso creativo en beneficio del individuo. De tal manera que se mejora y refuerza el bienestar físico, mental y emocional de individuos de toda edad, sexo y condición. La arteterapia no discrimina, por lo que es posible utilizarla en todo tipo de población como niños, adolescentes, adultos, ancianos… con o sin problemática concreta, son o sin experiencia… es apta para cualquier situación y circunstancia.
Por otro lado, se fundamente en que el producto es tan importante como la implicación dentro del proceso creativo. Es decir, no solo busca enseñar arte, ni tiene como finalidad única la estética final de la obra realizada, combina la producción artística y la calidad socio personal del proceso vivido, aparte del realizado. En la arteterapia el producto o resultado final de la obra artística, es tan importante como la propia implicación en el proceso creativo y de desarrollo.
Desde la arteterapia, designar el producto que, no es otra cosa que lo elaborado, como obra de arte, no es lo más acertado, puesto que la designación del producto como arte, conlleva implícito un juicio de valor estético dentro de un contexto determinado. En la arteterapia, la prioridad es el proceso creativo por encima de cualquier logro técnico del producto o trabajo realizado, para eso están las escuelas de arte.
Dentro de sus fundamentos, encontramos también la implicación de la subjetividad, la creatividad, el conocimiento y el placer. Algo que cualquier modalidad de arteterapia implica. La mayor o menor importancia que se le conceda a cada uno de estos aspectos delimita los estilos básicos de la arteterapia: psicoterapéutica, artística, educativa o recreativa.
Por último, se sustenta en medios plásticos y visuales. En lo concerniente al proceso creativo para el desarrollo personal y la intervención socioeducativa, se sustenta en gran medida y forma principal en los medios plásticos y artísticos que trabajan con la imagen. Es decir, medios plásticos y visuales, puesto que otros lenguajes artísticos más específicos como la musicoterapia, dramaterapia o danzaterapia, si requieren estar en posesión de formación más concreta para su correcto desarrollo.
Esto nos deja como técnicas más utilizadas dentro de la arteterapia las más clásicas, como el dibujo, la pintura, la escultura o estampación. Así mismo, otras formas de arte más actuales como el collage, la fotografía, el video o similares, están dentro del campo de actuación de la arteterapia.
La finalidad es valerse de la creatividad expuesta a través de la expresión artística. Lo que hace que se trate de una excelente manera de regular las emociones y trabajarlas, tanto en un ambiente terapéutico como en uno lúdico. La sensación que genera la implicación en este tipo de tareas, resulta placentera, aspecto positivo que se suma al proceso de catarsis emocional que conlleva. Todos estos factores hacen que la arteterapia, se haya convertido en una disciplina de trabajo personal cada vez más aceptada y extendida. Su facilidad de aplicación y la implicación personal sin necesidad de recurrir a otras terapias más invasivas, la convierten en una terapia de lo más completa y satisfactoria.