La depresión, uno de los males que más común se ha vuelto en el mundo actual, puede ser combatida eficazmente con una rutina de ejercicio físico constante y que nos mantenga activos. Esto porque, entre otros beneficios, el ejercicio físico estimula la producción de proteínas que reparan las neuronas y aumentan su proliferación, regula los niveles de serotonina y otros neurotransmisores, aumenta el flujo sanguíneo cerebral y estimula la liberación de endorfinas.
La depresión, un mal muy común
El Dr. José A. Hernández Hernández, experto en el tratamiento de la salud mental, nos comenta que en los tiempos presentes cada vez son los casos de depresión diagnosticada que llegan a su consulta , volviéndose uno de los males más comunes de este siglo.
De hecho, tanto así, que se estima que una de cada seis mujeres y uno de cada diez hombres sufre o sufrirá depresión a lo largo de su vida; llegandose a la cifra de 350 millones de personas que hoy en día la padecen.
Por otra parte, datos recogidos en la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud, arrojan que España es el país europeo con la tasa más alta de síntomas depresivos en población de edad avanzada. Mientras que, según información compartida por la Organización Mundial de Salud (OMS), en la actualidad, la depresión es una de las tres primeras causas de discapacidad en mundo, esperándose que en 2030, pueda convertirse en la primera causa.
El problema es que muchas veces la depresión sigue siendo un tabú. Los que lo padecen muchas veces tienen limitaciones para hablar de ello, y en el caso que lo hagan, la sociedad no siempre suele tratar un caso de depresión clínica con la importancia que esto amerita, tildándolo de un simple estado de ánimo pasajero, que se cura con un poco de ánimo y unas palmaditas en la espalda.
Otro problema es que muchas veces ni el mismo paciente sabe lo que está padeciendo, ya que el diagnostico de la misma debe hacerlo solo un profesional que es el que sabrá diferenciarlo de otros problemas emocionales con los que se le puede confundir como la ansiedad, duelo, tristeza o simplemente apatía.
Por lo general reconocemos a una persona con depresión porque suele estar triste, no es capaz de disfrutar, tiene baja autoestima, sentimientos de culpa, muestra cansancio y falta de concentración. Así, conforme incrementa su severidad la depresión puede desencadenar trastornos del sueño o del apetito y, en los peores casos, suicidio.
El ejercicio contra la depresión
Una vez se haya llevado a cabo y asumido el diagnostico de depresión, hay muchos tratamientos que se pueden aplicar para salir de esta condición y recuperar la motivación y la felicidad.
El especialista a cargo recomendará diferentes terapias, tratamientos e incluso, fármacos, dependiendo de cada caso y lo que considere oportuno.
Pero también, hay mucho que podemos hacer por nosotros mismos. Por ejemplo, acudir a la sanación que nos aporta una simple sesión de ejercicio físico.
“El ejercicio tiene un gran potencial en el tratamiento de la depresión. No existe un consenso respecto a cuál es el tipo más adecuado o la intensidad, pero mejora a todos los niveles: aumenta los niveles de endorfinas, mejora la autoestima, la planificación, ayuda a centrarse, mejora el humor, el contacto social… Todos estos elementos pueden favorecer la salida de la depresión e impedir que una persona caiga en ella”, comenta la autora de Exercise as a treatment for depression: A meta-analysis adjusting for publication bias, en el Journal of psychiatric research, el cual también afirma que “la actividad física tiene un efecto antidepresivo grande y significativo en las personas con depresión… Nuestros datos apoyan firmemente la afirmación de queel ejercicio es un tratamiento basado en la evidencia para la depresión” .
“La depresión y la ansiedad son los trastornos más frecuentes de salud mental. La depresión está muy marcada en la tercera edad y hay un riesgo de que se convierta en la primera causa de discapacidad en los años venideros”, continua la autora. “Se trata de un trastorno del ánimo, pierdes el deseo de hacer cosas, estás triste y hay una falta de autoestima. La ansiedad cursa con muchos síntomas físicos (taquicardia, palpitaciones, presión en el pecho, temblores)”, por lo que el ejercicio y todos los beneficios para el organismo que este trae podrían representar un alivio, siempre aunado al tratamiento médico.
Sobre todo, es un gran aliado pensando en que no todas las personas con algún problema de salud mental pueden acceder de forma inmediata a ayuda médica especializada por los altos costos que esto supone y por las bajas oportunidades que los sistemas de salud públicos ofrecen en estos casos.
Según la encuesta para el Atlas de Salud Mental de la OMS 2014, los gobiernos gastan por término medio un 3% de sus presupuestos sanitarios en salud mental, cifra que oscila entre menos de un 1% en los países de ingresos bajos y un 5% en los de ingresos altos.
No obstante, es importante recordar que el ejercicio se trata de un complemento al tratamiento que en verdad debes recibir, una ayuda, un pequeño gesto que puede poner su granito de arena para salir del hueco emocional, o como explica Jorge García, doctor en Alto Rendimiento Deportivo, profesor de la UNIR: “Es muy importante acudir a un profesional (psiquiatra o psicólogo) que te trate. El ejercicio no va a curarte la enfermedad, pero te puede ayudar. El deporte es un complemento que no va a sustituir a la medicina tradicional. Los estudios dicen que la actividad física aeróbica moderada es la que va mejor para combatir la depresión. Caminar, trotar, ir en bici….”.
Además, tal y como afirma una revisión publicada por el Asian Journal Sports Medicine: “existe un interés creciente por detectar cómo el ejercicio afecta a los síntomas de depresión. A pesar de que los recientes hallazgos confirman el efecto positivo del ejercicio sobre la depresión, no existe una guía clara en cuanto a asesoramiento sobre ejercicio para los pacientes con esta patología”.
Lo que si es que una rutina de ejercicio puede hacer mucho por una persona con síntomas de depresión. Incluso, también el ejercicio viene muy bien indicado para prevenir que aparezcan los síntomas de la depresión, ya que estudios han probado que esta condición está muy ligada a la vida sedentaria.
¿Cómo ayuda el ejercicio a combatir la depresión y la ansiedad?
A continuación, el Dr. José A. Hernández Hernández nos comenta algunas formas en las que el ejercicio físico puede ayudar a combatir la depresión como herramienta complementaria a los tratamientos médicos:
- Liberas endorfinas que te hacen sentir bien,sustancias químicas cerebrales naturales similares al cannabis (canabinoides endógenos) y otras sustancias químicas cerebrales naturales que te llevan a experimentar una sensación de bienestar.
- Quitas de tu mente de las preocupaciones, lo cual entonces ayuda a alejarte de tu ciclo vicioso de pensamientos negativos.
- Ganas confianza.A medida que logras las metas o los desafíos del ejercicio, por muy pequeños que sean, vas adquiriendo una sensación de que puedes lograr lo que te propongas, lo cual aumenta tu autoconfianza. Por otro lado, al verte mejor físicamente, te sientes mejor contigo mismo.
- Tienes más interacción social.Muchas veces, la depresión tiende a asilarnos de nuestro circulo social, lo cual, a su vez, trae más sentimientos de tristeza y soledad. Por su parte, el ejercicio te da la oportunidad de ver a otras personas, conectar con ellas, intercambiando un saludo o una simple sonrisa, lo cual mejorará tu estado de ánimo de inmediato.
- Enfrentas los problemas de manera saludable.Al hacer algo positivo por ti y por tu salud te ayuda a mantener ese estado de ánimo para enfrentar tus problemas. Mucho mejor que beber alcohol, obsesionarte con lo mal que te sientes o esperar que la depresión o la ansiedad desaparezcan por sí solas.
Lo mejor del ejercicio es que no se trata de volvernos atletas profesionales, de hecho, ni si quiera tenemos que elegir un deporte en específico para entrenar si eso no es lo que queremos. Muchas veces basta con dar una caminata de forma regular.
Y es que ayuda cualquier actividad física en la que se trabajen los músculos y se invierta energía; por lo que incluso, pueden contar las tareas laborales, hogareñas o las actividades recreativas.
Así, el ejercicio incluirá una amplia variedad de actividades: correr, levantar pesas, jugar al baloncesto y otras actividades para estar en forma que aumenten tu frecuencia cardíaca te pueden ayudar. Igualmente, y aunque no lo creas, obrarás los mismo resultados a nivel emocional con la jardinería, lavar el automóvil, dar una vuelta a la manzana o realizar otras actividades menos intensas.
Lo que si es que hay que también usar mucha fuerza de voluntad, ya que parte de la depresión es hacernos perder la motivación por nuestras actividades y objetivos, pudiendo pasar que también perdamos la motivación por hacer nuestra rutina de ejercicio físico. Colócate objetivos alcanzables y consigue una práctica que de verdad te guste para que sea más fácil continuar con ello aunque la depresión comience a hacer de las suyas.