La incidencia de lesiones deportivas es algo común en todos los deportes y en todos los niveles, no importa si eres profesional o aficionado, puede pasarte.
Por supuesto, la gravedad de lesión, lo que sea que implique la recuperación y el tiempo que deberemos pasar lejos de la cancha supone uno de los peores momentos para los amantes del deporte. Por lo tanto, y para salir airosos de este contratiempo, no solo debemos rehabilitar el aspecto físico de la lesión, sino también los efectos psicológicos de la misma. Y es que volvernos a sentir preparados para retomar el deporte depende tanto de cómo nos sintamos físicamente, como de cómo nos sintamos mentalmente.
Las lesiones más comunes a las que nos podemos enfrentar
Esto, por lo general depende del tipo de deporte y el nivel al cual lo practiquemos, sin embargo, si hay unas cuantas lesiones con los que todos los deportistas tienen el riesgo de lidiar:
- Torceduras y distensiones
- Lesiones de rodilla
- Inflamación muscular
- Traumatismos en el tendón de Aquiles
- Dolor en el hueso de la tibia
- Lesiones del manguito rotatorio del hombro
- Fracturas (huesos rotos)
- Dislocaciones
La rehabilitación
El momento de una lesión es difícil, por lo que supone deportivamente (te aparta de los entrenamientos y de la competición), pero también por las consecuencias físicas como el dolor y en algunos casos, la imposibilidad de llevar una vida normal, además de las implicaciones psicológicas.
La rehabiltación física es algo que todos conocemos y que vemos con normalidad, desde las citas con el fisioterapeuta hasta los masajes, incluso hasta cuando se realizan con nuevos productos como el Aceite CBD, tan de moda últimamente. Pero cuando hablamos de una rehabilitación psicológica esa comprensión se desvanece por parte de nuestro entorno porque no es algo que esté normalizado.
Por ejemplo, el deportista debe pasar por la fase de rechazo y malestar.
En lo que a la rehabilitación se refiere, una vez que ya ha ocurrido la lesión y que estamos intentando recuperarnos, la intervención psicológica nos podría ayudar a recuperarnos más y mejor. Eso siempre que se utilice la técnica correcta y se acceda al tipo de programa de intervención más adecuado.
Cuando se da una lesión hay que dejar que el deportista pase por las fases de recuperación que necesite, las cuales se pueden resumir en:
- Una primera fase de rechazo, donde todavía no existe una consciencia plena de la lesión;
- Otra fase de malestar, que es cuando comienzas a ser consciente de todo lo que conlleva la misma,
- Y, por último, una fase dónde aparece el deseo de afrontar la situación y ponerse manos a la obra con la recuperación.
Cada una de estas fases tendrá su ritmo y pasará más rápido o más despacio dependiendo de cada persona, aunque lo ideal es que la última fase llegue lo antes posible.
¿Cómo afrontar una lesión de una forma positiva?
Consultamos a la Psicóloga en Zaragoza María Hernández Torrijo para que nos diera algunos consejos profesionales sobre como lidiar con una lesión de la forma más positiva:
- Obtén información de tu lesión con tu fisio o con tu médico. Pregunta qué te pasa, porqué se produce, qué tiempos de recuperación estimados tiene, cómo llevar una buena recuperación a cabo, qué no debes hacer…
- Piensa en la lesión como una oportunidad para profundizar en determinadas destrezas. Una lesión te ayudará a mejorar tu tolerancia a la frustración y tu manejo de las situaciones adversas.
- Sé positivo y maneja el estrés de la mejor forma posible.
- Controla tu ansiedad. Si te dejas llevar por la ansiedad puedes terminar dificultando el proceso de recuperación, además que la ansiedad es directamente proporcional al nivel de tensión muscular, lo que a su vez contribuye a que el deportista recaiga o disminuya su rendimiento una vez que vuelva a los entrenamientos. En definitiva, los niveles altos de ansiedad no nos aportarán nada positivo.
- Busca el apoyo en tu familia, en tus amigos, en tus compañeros de deporte y en tu cuerpo técnico.
- Si practicas un deporte de equipo sigue acudiendo a las competiciones, incluso a los entrenamientos, y en caso de no poder participar, pídele a tu entrenador que te permita colaborar en un rol diferente, lo importante es que no desconectes de la dinámica del equipo.
- Que no te gane el dolor. Es normal sentirlo si tienes una lesión, pero no dejes que te gane; por el contrario, intenta tener una visión lo más objetiva posible del mismo y no dejarte llevar por él.
- A veces, cuando dejamos de practicar nuestro deporte por obligación, como es el caso de una lesión, aparece un sentimiento de pérdida de identidad, por ello debes aprovechar el tiempo en el que estás más alejado del deporte para hacer otras cosas que quizás antes no podías o para lo que te faltaba tiempo y recordar que “ser deportista” no es lo único que eres.
- Si tienes la posibilidad de trabajar con un psicólogo practica de manera habitual con él la visualización. Esto puede ayudarte a acelerar tu recuperación y a tener un mejor rendimiento en tu vuelta a la competición.
- No te presiones para volver a la competición. Entiende que la recuperación tiene sus propios tiempos y debes respetarlos y ser paciente con tu proceso.
- En tu vuelta ponte objetivos a corto plazo y no demasiado ambiciosos. No olvides que vienes de una lesión y que tu organismo no se encuentra en el mismo estado que antes de lesionarte, por lo que pretender estar al nivel anterior te causará frustración. Por ejemplo, tu primer objetivo los primeros días debería ser sentirte bien de vuelta al deporte.
- Quizás te surjan dudas sobre cómo volverás a la competición, incluso miedo a la recaída; por lo que debes intentar controlar tus pensamientos y nunca dirigirlos hacia tu lesión, eso sólo hará que aumente tu ansiedad.
La ayuda psicológica
La ayuda psicológica es un elemento esencial dentro del proceso de rehabilitación. Tienes un abanico de estrategias psicológicas y programas de intervención que han demostrado ser muy efectivos.
Los más recomendados son aquellos que incluyen información teórica sobre el impacto psicológico de las lesiones, técnicas y estrategias prácticas. Además que el mejor profesional es aquel que tiene los conocimientos necesarios para darse cuenta cuando el problema se sale de su campo de experticia y debe ser remitido con otro especialista.
Y es que el primer papel de un programa de intervención psicológica con deportistas, en relación a las lesiones, es proveer a estos deportistas de la información necesaria sobre las consecuencias psicológicas que una lesión puede tener en ellos; sobre como el malestar psicológico que puede provocar podría prolongarse en el tiempo y llegar incluso a resultar en síntomas depresivos. Solo de esta forma, los pacientes podrán entender que si no controlan el malestar psicológico, se puede alargar el tiempo de recuperación y que, incluso, la depresión puede persistir después de estar recuperado físicamente.
Pero, además de información teórica, los deportistas necesitan técnicas prácticas que puedan utilizar de manera concreta, como por ejemplo:
- Comunicación interpersonal: aprender a buscar y aceptar ayuda y recibir apoyo social. No vivir la lesión como algo que debes solucionar por ti mismo; sino más bien, poder verbalizar lo que te ocurre y encontrar con quién poder hablar sobre el malestar o la vivencia.
- Verbalizaciones positivas: además de cuidar mantener un diálogo abierto con otras personas, tenemos que cuidar el dialogo que tenemos con nosotros mismos. Debemos reconocer y cambiar las verbalizaciones negativas que nos hacemos, tanto en voz alta como internamente, por otras verbalizaciones más positivas. Esto requerirá de tiempo ya que en algunos casos, las verbalizaciones negativas se hacen de manera casi automática y tomará tiempo y esfuerzo consciente modificarlas por otras positivas.
- Relajación: es importante aplicar técnicas de relajación efectivas para ayudar a manejar el estrés y la ansiedad. Por ejemplo, una técnica muy sencilla y muy efectiva es aprender a respirar de manera adecuada.
- Aprender a ponerse metas: hay que aprender a ponerse metas realistas e ir cumpliéndolas poco a poco, manejando los tiempos y las expectativas. Aprender a premiarse por cada meta conseguida y a avanzar progresivamente en la consecución de dichas metas.
Todas estas técnicas ayudan a mejorar la motivación, la autoconfianza en nuestras capacidades y la confianza en que la recuperación será exitosa y ayudarán a rebajar el estrés que podamos sentir, tanto si sufrimos de él antes de sufrir la lesión, como si es provocado por la lesión en sí misma.
Asimismo, si recibes una buena ayuda psicológica durante tu rehabilitación, de seguro que la seguirás utilizando en tu día a día, sobre todo en la práctica del deporte o ejercicio que realices, e incluso, querrás animar a otros a hacer lo mismo, a recibir formación concreta y a hacer uso de los beneficios que la psicología puede tener en el deporte.
Por último, recordemos que la mejor forma de lidiar con las lesiones es evitarlas; y para esto, debemos saber reconocer y evitar los factores de riesgo.
El principal factor, sin duda, siempre es el estrés. Está comprobado que los deportistas con un historial de factores estresantes y con menos recursos para superar estos estresores son los que tienen mayor riesgo de sufrir más lesiones. Pero si acudes a un buen programa psicológico de prevención, aprenderás algunas estrategias psicológicas para el manejo adecuado del mismo.