Cinco años tenía el piloto de motociclismo español Marc Márquez cuando empezó su andadura en el mundo del motor y la velocidad. Debutó en 1998, disputando su primera carrera en la modalidad de enduro. Pero no es el único. Son muchos los niños que, bien por tradición familiar o por la fascinación que les producen los circuitos de velocidad, empiezan a correr en campeonatos nacionales e internacionales cuando apenas rozan el suelo con las puntas de los pies.
Fernando Alonso, quien prefirió los karts a las motos, obtuvo su primer título en una competición oficial con 7 años, en 1988, ganando las ocho carreras de las que constaba la prueba. Un año más tarde, en 1989, volvió a proclamarse campeón de karts de Asturias y Galicia.
Lewis Hamilton consiguió firmar un contrato con McLaren con tan solo 10 años de edad, aunque ya competía desde los 8.
Sin embargo, la realidad es que todos esos niños han tenido fácil acceso al mundo de los circuitos de velocidad y eso, se nota. Está claro que un niño que nace en Madrid, con padres profesores de secundaria, también puede acabar convirtiéndose en un campeón del mundo de la velocidad, pero las estadísticas nos dicen que son los hijos de aficionados a este deporte o de trabajadores que viven de este sector los que acaban entrando en las escuderías a tan temprana edad.
Gran parte de esos niños prodigio que hay actualmente en boca de todos se encuentra en la zona del interior de Alicante, en Albacete y en el noroeste de Murcia, pero ¿por qué? La respuesta es muy sencilla, tradición. Esa área de España tiene como foco central Cheste, donde este año se celebra el Gran Permio Motul de la Comunitat Valenciana entre otros campeonatos. En los alrededores podemos encontrar circuitos de velocidad tan conocidos como Chicharra Karts, e incluso a cientos de talleres mecánicos que promocionan a jóvenes promesas del motor en los campeonatos de la zona que son, al fin y al cabo, el trampolín perfecto para todos estos niños prodigio.
Los nuevos niños prodigio
Tal vez aún no resuenen tanto como los nombres que hemos barajado al inicio de este artículo, pero están a punto de saltar a la fama así que prestad atención. Max Verstappen y Tima Kulesshov son dos de los nombres que resuenan últimamente por ser los nuevos niños prodigio de la velocidad y el motor.
El más pequeño del panorama es Tima Kuleshov, quien con tan solo 4 años ya domina la moto como si fuera adulto. Se atreve con el freestyle y el motocross, y no hay nadie que ponga en duda su talento. Empezó llevando la bicicleta con 2 años y muy poco tiempo después se pasó a las motos. En el mundo del motociclismo ya resuena su nombre como el de un futuro piloto la que no hay que perderle la pista.
Max Verstappen, por su parte, fue confirmado como uno de los pilotos titulares de la escudería Red Bull a los 17 años. Se inició en el mundo del karting con 7 años y se convirtió en campeón de la Clase Mini prácticamente enseguida. Su destreza le viene de familia, pues es hijo del expiloto de Formula 1 Jos Verstappen, muy conocido en Bélgica y también a nivel mundial.
Juguetes rotos
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Tambén hay niños prodigio que se cansan antes de hora, tal vez por el estrés (como le pasaba a Márquez, quien perdía mechones de pelo por culpa de los nervios), tal vez porque descubren que, en realidad, no quieren dedicar su vida al mundo de la velocidad.
Ese es el caso de Jaime Alguersauri quien fue confirmado por la escudería Toro –Rosso como su piloto del Gran Premio de Hungría en 2009. Se convirtió en el piloto más joven de la Formula 1 con 19 años, 4 meses y 3 días (tres meses menos que cuando debutó Fernando Alonso en la misma modalidad), pero en 2015 se retiró y apostó por lo que realmente le gustaba, la música. Hijo de Jaime Alguersauri Tortajada, piloto consagrado de motociclismo, parecía bastante lógico que él también se dedicara a este mundo, sobre todo después de demostrar en varias ocasiones que tenía tanto las aptitudes como las capacidades para convertirse en un gran piloto de Fórmula 1.
Dio sus primeros pasos con 8 años, y con 13 debutó en pruebas a nivel europeo. Algunos años de triunfo fueron el inicio de una carrera en la que acabó desapareciendo, poco a poco, se quedó fuera de la escudería Toro Rosso, quien le confirmó tras Red Bull, y tras varios intentos por seguir en el mundo del motociclismo acabó anunciando su retirada en 2015. Actualmente es conocido por ser DJ Squire y se dedica, completamente, al mundo de la música.
Y es que con los niños prodigio de la velocidad, tanto en karts como en motociclismo, a veces pasa lo mismo que con los niños actores, niños cantantes y otros niños que triunfan demasiado pronto. Tal vez deberíamos dejarles disfrutar más de su niñez antes de pedirles que se comporten como adultos, Nadie quiere que acaben siendo «juguetes rotos». ¿ O sí?