El fútbol sala es uno de los deportes más extendidos entre los grupos de amigos. Pero lo que muchos no saben es que los motivos para jugar al también conocido como fútbol de salón o microfútbol tienen que ver con aquellos que le dieron origen a esta disciplina. Asimismo, se trata un juego más ligero, ya que consta de dos tiempos de veinte minutos cada uno. Eso sí, a diferencia del fútbol, donde luego se aplica un descuento, en este deporte solamente se mide el tiempo jugado, es decir, que se para el cronómetro cada vez que hay una interrupción, como cuando un balón se escapa o hay una falta.
Los que se decantan por un partido de fútbol sala suelen hacerlo porque no son capaces de reunir a un número suficiente de jugadores para la modalidad corriente del soccer. Asimismo, no es nada fácil tener disponible un campo para dos equipos de once futbolistas. Ya no hablemos del estado del terreno si lo encontramos, ya que abunda aquello que llamamos patatal. En los campos de césped rara vez vemos el verde, y los de tierra son dolorosos a la hora de las caídas. Actualmente, el césped artificial es la superficie por la que se están decantando las instituciones públicas para sus instalaciones, pero no es algo barato.
En cambio, jugar al fútbol sala sí es algo económico. Basta con tener unas buenas botas (recomendamos la tienda Marian’s Sport), reunir a un grupo menor de compañeros y alquilar una pista multiusos, de las que corrientemente se usan para practicar el baloncesto.
De hecho, el propio fútbol sala tiene también algo del deporte rey de Estados Unidos, pero también de otras disciplinas. Sus orígenes se remontan a la década de los años 30 en Sudamérica, concretamente a Uruguay. Los niños de Montevideo no tenían campos para jugar en la ciudad, por lo que aprovechaban las canchas de baloncesto. El profesor Juan Carlos Ceriani fue quien pintó con tiza las porterías en las paredes.
El futsal nació bebiendo del baloncesto (por aquello de los cinco jugadores por equipo en pista y la duración del encuentro, de cuarenta minutos), del balonmano (por sus porterías pequeñas y las medidas de la cancha) y del waterpolo (por las normas que tienen que ver con los porteros).
Este juego, que todavía no forma parte de los Juegos Olímpicos, consta de cuatro tipos de jugadores diferentes. Empezando desde atrás, nos encontramos con el portero, quien tiene que evitar que la pelota entre en su portería, aunque también puede incorporarse al ataque y convertirse en un jugador más de los conocidos como los de campo. En su campo solo puede tocar el balón una vez y por un máximo de cuatro segundos mientras no toque el contrario de por medio, y en el campo contrario no hay límite de tiempo ni de toques. Por delante del meta está el cierre o líbero, que es el último jugador de la defensa y suele ser el Xavi del futsal, ya que organiza el juego desde su posición.
En las bandas están los alas, que son esos dos jugadores que suben y bajan por los laterales de la cancha para mover el juego y apoyar al pívot, que es aquel que está más próximo a la portería del equipo rival. Por su posición, es normalmente quien lleva a cabo las labores ofensivas del equipo, aunque también se puede decir de él que es la primera línea defensiva para el contrario.
En España este deporte está cada vez más en auge debido a los recientes éxitos de la selección nacional, que es la dominadora del continente. La Roja fue campeona en dos de las veces en las que disputó las siete ediciones del Mundial, en los años 2000 y 2004, así como subcampeona en tres ocasiones (1996, 2008 y 2012). Por su parte, en Europa se ha impuesto en seis de los ocho torneos celebrados (1996, 2001, 2005, 2007, 2010 y 2012), y subcampeona en el año 1999. La única vez en la que no estuvo en la final fue en la edición de 2003, donde la apearon en semifinales del torneo. La consecución de la última Europa les ha dado más repercusión si cabe a los miembros de La Furia Española y muchos otros deportistas, como el guardameta del Real Madrid Iker Casillas, se deshicieron en elogios hacia estos jugadores y reclamaron más notoriedad para este deporte.
A nivel de clubes, la liga de nuestro país es de las más prestigiosas del mundo y está regida por las normas de la FIFA. Se creó en el año 1989 y se compone de la división de honor y de la plata. En la primera juegan quince equipos, algunos conocidos por cualquier aficionado como el Lobelle, el Caja Segovia, el Interviú Fadesa, el Azkar Lugo o el Barcelona.