Organizar un evento deportivo con el motivo que sea siempre conlleva la contratación de un catering por muchísimos motivos: desde la necesidad de nutrientes por parte de los participantes al evento hasta el hecho de que cuando hay comida gratis de por medio multiplicas los asistentes por 1000. Y es que en España somos así, si regalan algo y encima ese algo se come vamos todos como borregos. De hecho hay un chiste sobre un hombre que ve una cola inmensa en una plaza y se acerca al final de la misma para preguntar el motivo de dicha fila de gente y el señor que se encuentra en último lugar le responde: “no lo sabemos, pero es gratis”. Un chiste malo, lo sé, pero que viene a demostrar lo que estaba diciendo.
El año pasado, en estas mismas fechas, organizamos en mi pueblo la primera vuelta ciclista para recaudar fondos contra el cáncer de mama y a pesar de que hubieron muchos asistentes, y algunos muy concienciados con el tema en cuestión, esperábamos conseguir más recaudación de la que al final obtuvimos y por eso el objetivo de esta segunda edición que se llevaba a cabo la semana pasada era conseguir un mayor número de inscripciones en la carrera ciclista, es decir, más asistentes.
La comida engancha
El reclamo era el mismo, una vuelta ciclista al pueblo donde participan adultos y niños y cuya inscripción son 5 euros, dinero que irá a parar a una asociación de ayuda a mujeres que sufren cáncer de mama. La carrera contará con tres premios: un jamón para el primer mayor de 18 años que cruce la meta (donado por la carnicería del pueblo), una bicicleta nueva para el adolescente de entre 12 y 18 años que llegue primero (donada por Dechatlon) y un bono anual para aprender a nadar en la piscina municipal para el primer niño, menos de 12 años, que llegue a meta (donado por el Ayuntamiento). No cambiaron ni los premios, ni el motivo del evento, el único cambio que hubo fue que, tras finalizar la carrera, la Consellería de Educación y Deportes invitaba a todo el pueblo a una paella enorme en la Plaza Mayor servida por paellasgigantesrossini.es y sólo con ese cambio el número de inscripciones se ha multiplicado por tres. Hemos pasado de realizar una carrera en la primera edición con 300 participantes a tener una carrera con casi 1000 participantes del pueblo y de pueblos y pedanías colindantes, impresionantes.
Algunos de vosotros podéis pensar que es porque este año estaba mejor publicitado, o porque nos movimos más, o porque caía mejor en fechas pero la realidad es que se organizó con el mismo presupuesto que el año anterior, mismo gasto en publicidad y mismos voluntarios y, por supuesto, en el mismo fin de semana (el segundo de septiembre) así que, tras analizarlo detenidamente por activa y por pasiva he llegado a la conclusión de que la única diferencia es esa paella gigante que la consellería nos ha regalado a todos ¿os lo podéis creer?
La parte positiva de todo esto es que ahora sabemos cuál es la clave del éxito en este tipo de acontecimientos deportivos ¿no?